“Fotografiar la despoblación invita a imaginar nuevas realidades”
Markel Redondo (Bilbao, 1978) pudo ser, por raíz e interés, testigo de un ‘etnocidio’ silencioso, pero, también, el eficaz muñidor de una invitación al futuro. Su objetivo exploró, cuando la despoblación no estaba en la agenda de los mass media españoles, encuentros y paisajes, “con vocación documental”. Esta serie de fotografías, llamada ‘Spanish Lapland’, con epicentro en la provincia de Soria, se llegó a difundir a través de la organización americana Catchlight. El proyecto, cubierto por el frío, arrancó en 2017 y no descarta una segunda parte que, aunque diferente, tendrá el mismo pulso y la maestría de quien conoce su sitio y no adorna el relato de una forma de abandono.
Markel ¿Cuándo y por qué, sin que estuviese en la agenda de los medios, decidiste fotografíar Soria y su extrema despoblación?
Siempre he estado interesado en el problema de la despoblación, parte de mi familia emigro desde pueblos de Burgos a Bizkaia a mediados de del siglo XX y siempre quise saber mas sobre su pasado y su historia. Por esa época también había leído los libros de "Los Últimos" de Paco Cerda y "La España Vacía" de Sergio del Molino. El documental “El Cielo Gira” de Mercedes Álvarez me impacto bastante y decidí hacer un primer viaje por Soria y para verlo con mis propios ojos.
¿Qué recuerdo perenne te queda de aquella experiencia?
El primer viaje fue a las Tierras Altas de Soria. No recuerdo el mes exacto pero hacia frío, me pareció un clima duro. Lo que más me impacto según conducía, era el no cruzarme con ningún otro coche en la carretera durante mucho tiempo. Los pueblos que fui visitando, como me esperaba, estaban prácticamente vacíos, algunos completamente abandonados como el pequeño pueblo de Aldealcardo.
¿Cómo y por qué surgió la idea de 'Spanish Lapland' y dónde se ha visto?
La idea del proyecto nació en aquel primer viaje en 2017. Después visite diferentes provincias y pueblos a lo largo del territorio conocido como la Serranía Celtibérica. Estuve en contacto con el profesor Burillo, de la Universidad de Zaragoza, el cual me paso documentación y contactos sobre el terreno. La serie se llego a publicar en Catchlight una organización americana que promueve la fotografía documental.
¿Aquella serie cuánto tiene de denuncia, cuánto de relato y cuánto de documentación?
Para mi no es un trabajo de denuncia, es un trabajo documental donde intento contar una serie de encuentros y paisajes que me fui encontrando en el camino. Yo entiendo la fotografía como una exploración, es lo que mas me interesa, viajar, descubrir lugares y hablar con las personas que voy encontrando.
¿Encontraste territorio y gente con capacidad de seducir y reclamar igualdad?
La gente que encontré en mi camino transmitía una mezcla de melancolía y añoranza por unos tiempos mejores. Pase un poco de tiempo con una pareja de Rumanos, Mihai y Maria, que se habían instalado con sus hijos en Yanguas, tenían un rebaño de ovejas y se quejaban de la falta de ayudas y los problemas que tenían para vivir allí. He intentando contactar con ellos desde entonces pero no lo he conseguido y no se si todavía viven en Yanguas. En Villar del Río estuve con José Mari que se arrepentía de no haber salido del pueblo cuando tuvo la oportunidad de joven, cuando lo conocí esperaba su jubilación para poder vender el poco ganado que le quedaba e ir a vivir a la ciudad de Soria.
¿Recuerdas alguna anécdota?
No recuerdo el nombre de la persona pero en San Pedro Manrique estuve en la casa de un hombre que tenia una especie de museo de terror, con figuras de películas de miedo, fue un tanto surrealista ahora que lo pienso. También fue interesante el encuentro con Vicente Marín de la Fundación Vicente Marín en Bretun, un viaje en el tiempo.
¿Puede haber segunda parte?
Aunque en los últimos años no he vuelto a trabajar sobre este tema tengo la idea de regresar ya que me faltan muchos pueblos por visitar en Soria, Burgos y Aragón.
¿Desde el aire, con drones, otra de tus aportaciones, cómo se ve el vacío y lo vacío?
La vista de pájaro desde el aire siempre me han interesado, es un punto de vista más frío y distante de nuestro mundo pero me permite ver las dimensiones del vacío en el espacio y en el caso de Sand Castles II (proyecto fotografiado todo con un dron), el abandono y el impacto del ser humano en el paisaje.
Conoces el abandono y los lugares olvidados en sus múltiples expresiones ¿en qué estás ahora?
Ahora mismo estoy trabajando en la Beca Fragments que me otorgo La Unió de Perioodistes Valancians en 2020. El trabajo que estoy realizando para la beca se enfoca en el paisaje de la Comunidad Valenciana y cómo el hombre ha ido alterando, a veces para bien y otras para mal, su entorno.
La fotografía como denuncia ¿cómo ves el uso de esta herramienta para visibilizar y concienciar en materia de despoblación?
Es importante contar lo que esta pasando con la despoblación en España, es una tragedia ver cómo los pueblos se están muriendo poco a poco. A lo largo de la historia la fotografía ha tenido un rol importante a la hora de documentar los cambios que se van sucediendo y en el caso de la despoblación es importante documentar los últimos pueblos y los últimos habitantes que los habitan antes de que desaparezcan. Para mi también es importante poner en el foco lo que no solemos ver en las noticias, o lo que no queremos ver necesariamente, aquello que pasa al margen de nuestra sociedad. La fotografía sirve primero para ver, en mi opinión la interpretación tiene que ser personal: al ver fotos sobre la despoblación se puede sentir fatalidad o melancolía pero también se puede invitar a imaginar nuevas oportunidades o simplemente encontrar belleza y poesía en paisajes inéditos.
En los enlaces adjuntos puedes ver una galería fotográfica con una muestra de 'Spanish Lapland’